Existe una relación directa entre realizar actividad física y dormir mejor. Pero ¿es conveniente que realice ese ejercicio a una hora específica?

No solo es saber cuántas horas duermes. Aquí te dejo algunos aspectos a considerar si quieres saber cómo empezar a medir la calidad de esas horas que pasas durmiendo.

Tener un sueño de calidad requiere que seas intencional con algunos comportamientos. No basta con solo tomar la decisión.

Hay pequeños hábitos que aunque no hayamos sido intencionales con realizarlos, simplemente pasan a ser parte de nuestras rutinas diarias, sin que hayamos pensado mucho en si realmente están sumando o no a nuestra vida.

Pocos alimentos generan tantas pasiones y tantas opiniones encontradas como el café: que si es bueno o malo, que si debo dejarlo, que cuál es la cantidad qué debo consumir.

Cuando sientas que estás en un estado irritable, impulsivo y que promueve el conflicto con las personas a tu alrededor pregúntate: ¿Cómo he estado durmiendo?

¿Estás seguro de que esa almohada con la que duermes es la adecuada para ti?

Uno de los temas que siempre surge cuando hablamos del sueño, es si las siestas son recomendables. En este artículo te comento al respecto.

Tomar luz natural en la mañana es un elemento crucial cuando hablamos de regularizar nuestro nuestro reloj interno para impactar positivamente nuestra calidad de sueño.

Dormir bien no se trata de darle a off al switch cuando ya no podemos más. Dormir es un proceso vital para nosotros, por lo que debe ser gestionado intencionalmente y de una manera adecuada.

Ante tanta información de cómo llevar una vida saludable, muchas veces la manera más sencilla de responder es no haciendo nada, ya que hasta elegir por dónde empezar se vuelve tedioso. Aquí te comparto los puntos que me han mantenido enfocado en el camino.

El bienestar es un camino que hay que recorrer, no solo una teoría que puedo leer en un gran libro y me decido a cambiar mi vida.

Para lograr resultados en cuanto a tu salud y a tu bienestar no se trata de trabajar en muchos objetivos, se trata de ser enfocarte y ser consistente en esos 4 ó 5 que elijas.

Seguimos pensando que cuando hablamos de salud, solo hay que poner atención a lo que comemos y pasamos por alto que podemos estar muchos más días sin comer que sin dormir.

El estrés no se elimina con una solución mágica, pero sí se transforma cuando empezás a vivir en coherencia y adoptás prácticas simples, constantes y conscientes.

Cuando te preguntas ¿Quién soy? y te respondes con honestidad, dejas de vivir en automático y empiezas a tomar decisiones alineadas con lo que realmente valoras.

Las creencias no son ni buenas ni malas. Se trata de ver si alguna de las que tienes te está impidiendo avanzar hacia lo que quieres y adaptarla al nuevo contexto.

Pasamos años maltratando el cuerpo y de un momento a otro queremos salud y bienestar en dos semanas.

Así como hemos aprendido a pensar de una manera, también podemos desaprender e instalar nuevas formas que nos permitan detectar cuando recurrimos a patrones de pensamiento que no suman y producen que nos cueste accionar y ver posibilidades.

Siempre tienes la opción de parar, para revisar y calibrar cómo van esas cosas que son importantes para ti y que no quieres que simplemente vayan en automático.