No es tu colchón… es tu almohada

¿Duermes 8 horas y aún así despiertas adolorido?
Puede que el problema no sea tu colchón, ni tu rutina de sueño… sino tu almohada.

Muchas veces damos por hecho que la almohada es un accesorio secundario. La usamos durante años sin pensar en su impacto. Pero la verdad es que una almohada inadecuada o vencida puede ser la causa de tus dolores de cuello, hombros o espalda baja, incluso después de “haber dormido bien”.

Dos puntos clave que solemos pasar por alto:

  1. Las almohadas tienen vida útil. En promedio, 1 a 3 años (dependiendo del material y cuidado).

  2. No todas las almohadas son para todos. La correcta depende de tu postura al dormir.

Señales de que tu almohada ya pidió cambio:

  • Ha perdido firmeza o altura.

  • Conserva manchas u olores, aunque la laves.

  • Te despiertas con rigidez o molestias musculares.

Recomendación general según fisioterapeutas:

  • Boca arriba: almohada media

  • Boca abajo: sin almohada

  • Tres cuartos: almohada fina

  • De lado: almohada gruesa

Recuerda: tu almohada está en contacto directo con tu cara cada noche. Con el tiempo acumula sudor, piel muerta y bacterias. No querrás apoyar ahí tu cabeza si ya cumplió su ciclo.

Mi invitación: revisa tu almohada hoy mismo. A veces un cambio tan simple puede marcar la diferencia entre un sueño interrumpido y un descanso realmente reparador.

Anterior
Anterior

¿Promueves un estado propenso al conflicto?

Siguiente
Siguiente

¿Power Nap o enemigo del sueño? Lo que todo profesional debería saber