¿Quién Soy?

Una pregunta sencilla en palabras, pero poderosa en fondo. Para mí, está en el primer lugar de las más importantes que podemos hacernos.

¿Por qué? Porque cuando nos atrevemos a responderla con honestidad, empezamos a ver nuestra vida desde otra perspectiva. Entendemos mejor qué nos mueve, qué nos importa y hacia dónde realmente queremos ir. Y eso cambia todo.

Pero llegar a una respuesta con sentido no es fácil. Implica mirar hacia adentro, cuestionar lo que creemos sobre nosotros mismos, soltar etiquetas y enfrentar miedos. No soy mi nombre. No soy mi rol en la familia. No soy mi cargo, ni lo que he logrado. Si alguna de esas cosas desaparece, ¿dejo de ser yo? No. Porque eso no es lo que me define.

La identidad va mucho más allá de lo que hacemos o de cómo nos ven. No vengo a darte una fórmula. Cada quien tiene que construir su propia definición, y esa va evolucionando con el tiempo. Pero sí quiero contarte por qué creo que vale la pena trabajar en responder esta pregunta:

Te acerca a ti mismo.
A veces nos enfocamos tanto en estar bien con los demás que nos olvidamos de conectar con nosotros. ¿Qué me gusta? ¿Qué me importa? ¿Qué necesito para sentirme bien? Si no me entiendo, ¿cómo puedo construir relaciones auténticas o un trabajo que realmente me llene?

Te ayuda a elegir tus propios caminos.
Por años viví en automático, haciendo lo que “tocaba”: universidad, trabajo estable, pareja, apartamento, hijos, vacaciones. Todo bien, pero un día me di cuenta que no quería que mi vida se tratara solo de eso. Empecé a decidir desde lo que yo valoraba. No ha sido fácil, pero hoy mis decisiones —y sus resultados— son míos. Y eso lo cambia todo.

Te conecta con un propósito.
Cuando sabes quién eres y qué quieres, se nota. Tienes más claridad, más energía y más motivación. Y lo mejor: lo que haces empieza a tener sentido.

Te permite dar más.
Algo que aprendí: cuando tú estás bien, puedes dar lo mejor a los demás. No desde la obligación, sino desde el deseo genuino de aportar. Tu trabajo, tus relaciones, tu día a día… todo cambia cuando te mueves desde tu propósito.

No necesitas tener todas las respuestas hoy. Pero sí puedes empezar con una hoja, un lápiz y una pregunta: ¿Quién quiero ser?

Lo que venga después, puede sorprenderte.

Anterior
Anterior

No era el trabajo. Era el estrés de no vivir en coherencia

Siguiente
Siguiente

Lo que crees sobre ti está definiendo tu carrera